El muro de Settler

Proyecto II: final de exploración

Hemos salido de la base B alrededor de las 18:30. Al llegar, después de un par de vueltas de la conductora debidas a un fallo de cálculo, entramos en la casa. Esta vez preferimos explorar primero los edificios adjuntos que hay en la parte trasera. Accedemos por lo que parece la cocina. Todo está carbonizado. El techo está abombado y todo está cubierto de una polvorienta capa negra. Aunque hay luz, algunas zonas están completamente oscuras. Avanzamos y nos recorremos las distintas plantas del edificio, habitación por habitación. Escombros, techos caídos y paredes agujereadas. En algún baño hemos encontrado alguna prenda de ropa. Nos ha llamado la atención una puerta secreta que se ocultaba en la pared y daba al interior de un armario; también, dos puertas que ocultaban una especie de altar, la pared del cual terminaba en arco de punta.


Otra vez en el exterior, hemos caminado alrededor de una plataforma. Al final, detrás de una valla de árboles, hay una auto caravana; todo apunta a que alguien vive dentro y preferimos no estorbar. De vuelta, otra pequeña casita tapiada esconde los restos de cajas de cds claramente robadas de comercios como Carrefour o El corte Inglés. Al otro lado, en la parte del aparcamiento, nos acercamos hasta la piscina, ahora llena de cañas y basura. Cerca está la casita con el motor. A lo lejos se ven unos servicios, pero la hierba nos impide llegar y empieza a llover.

Anécdotas relacionadas:
Un pequeño gato nos ha acompañado durante toda la visita. Aunque tres de nosotros le hemos dado cariño, él preferia hacer caso al mismisimo Cappo que, aunque no lo pareciera y lo hechara de su lado, en el fondo le ha cogido aprecio.

Mientras estábamos saliendo de la casa por la parte trasera, un señor ha entrado y nos ha saludado amablemente con un “no hace falta que os marchéis e, tranquilos”. Ha salido al cabo de un rato muy decidido hacia su bicicleta. Según unos, parece que solo ha venido a hacer una visita al lugar; otros opinan que ha venido a por alguna cosa en concreto.
Al marcharnos también nos ha sorprendido un coche con tres jóvenes. Han dado la vuelta y, cuando nosotros ya nos íbamos con el coche, estaban en la entrada trasera con el coche abierto dispuestos a descargar algo que tenían encima o, simplemente, a pasar el rato allí.

Proyecto II: CERRADO
(Las fotografías de la casa se colgaran durante los próximos días)

Proyecto II: expedición nocturna

El equipo decide trasladarse al lugar de expedición alrededor de las dos de la madrugada del sábado 28 de marzo. Después de plantearnos seriamente el peligro que podemos correr de noche en un lugar de estas características y de tan fácil acceso, todos nos decidimos a entrar.

Primer intento

Llegamos a la casa con dos coches. Entramos por un camino que rodea la casa por detrás. Bajamos del coche y nos damos cuenta de lo escalofriantes que resultan las ventanas desde fuera. Damos la vuelta a los coches y los preparamos por si tenemos que salir corriendo. Nunca se sabe lo que puede pasar. Nos acercamos un poco más y jugamos con nuestras linternas: al enfocar las ventanas se ilumina todo el edificio. Uno de nuestros exploradores detecta una luz no identificada en una de estas. Con precaución damos unos pasos más, pero de repente dos personajes armados con luces se escabullen por las escaleras de la puerta de entrada. Del susto saltamos todos dentro de los coches y nos vamos de la zona. El equipo en este momento se reduce, ya que uno de nosotros prefiere abandonar a causa de la hora.

Segundo intento

Tras debatir quién podían ser esos dos personajes, llegamos a la conclusión que seguramente se trataría de un par de exploradores nocturnos como nosotros. Decidimos subir al coche y volver al “Molí Vell”. Aparcamos esta vez en un pequeño terreno delante del edificio, al lado de lo que parece la furgoneta de los inquilinos. Cogemos la cámara con infrarrojos y la linterna. Entramos por la puerta lateral. Poco a poco entramos y caminamos por la planta baja. Todo está en muy mal estado y el silencio nos aterra ligeramente. Se puede observar hasta los restos de una chimenea. En la puerta que conduce a una de las salas más grandes, hay dibujada una cruz satánica. En el suelo hay restos de vino y en la pared pintadas semejantes a “aquí maté con esto” (el mensaje no está escrito con las mismas palabras). De repente, todos nos quedamos quietos al oír una especie de aullido o chillido extraño. Los ruidos nos hacen sospechar del riesgo que podemos correr. Decidimos salir cuanto antes de allí y entrar otra vez en el coche.

La persecución

No nos damos por venidos tan fácilmente. Lo pensamos fríamente y observamos las ventanas con las luces del coche. Tenemos claro que se trata de los dos personajes de antes que intentan asustarnos. Al cabo de unos minutos vemos que se esconden detrás de una de las ventanas. A continuación, nos hacen luces y empiezan a cerrar las puertas, a tirar escombros y a recorrer la segunda planta. Nos parece que se conocen bastante bien el edificio. Nuestro Cappo saca la cabeza por la ventana e intenta contactar con ellos “escolteu companys…”, aunque sin respuesta. Todo se queda sospechosamente tranquilo y ponemos en funcionamiento nuestro nuevo plan: daremos la vuelta con el coche y volveremos con la intención de pillarlos desprevenidos. Al cabo de un minuto de trayecto, se refleja en los retrovisores la furgoneta de los individuos. Damos la vuelta en la rotonda y al cruzarnos nos hacen largas. Volvemos al “Molí Vell” y se nos aparcan al lado. Bajamos de los coches y nuestras sospechas se confirman: M. y S. también han venido a explorar y nos acompañaran durante la visita.

Tercer intento

Entramos todos juntos. Subimos hasta el torreón. Las escaleras no tienen barandilla y los techos están caídos. El suelo está lleno de escombros y tenemos que ir con mucho cuidado para no poner el pie en algún agujero. A penas podemos distinguir algún elemento importante que nos cuente alguna historia. Hay restos de los baños, con algún plato de ducha. Algunos techos se ven reconstruidos pero todo se cae. Paredes enteras están en el suelo y, S. y M. se dedican a intentar hacer lo mismo con una pared que aún está de pie.
Aclaración: Nuestro equipo discrepa acerca de la realización de este acto vandálico. Empezamos a dudar de la integridad mental de los dos personajes. Nosotros no nos dedicamos a destrozar sino a la investigación.

Alrededor de las 3:30 decidimos dar por acabada la expedición nocturna.

Proyecto II

Nuestro segundo proyecto se nos aparece delante de nuestras narices una de estas tardes laborables. Entre Malgrat de mar i Blanes, en la carretera comarcal BV-6001, encontramos un edificio de grandes dimensiones en proceso de demolición a causa de su abandono. Se trata del "Molí Vell”. Las ventanas y las puertas están rotas y el acceso es extremadamente fácil. El edificio tiene forma de castillo medieval y, aunque hemos pasado innumerables veces por delante, no nos habíamos dado cuenta hasta ahora de lo impactantes que parecen todas esas habitaciones desde la parte trasera.

Documentación:
Sabemos que se trataba de un restaurante – hostal. Hace muchos años que está inactivo. Según fuentes no revelables, durante estos años de abandono ha sido un lugar de encuentro entre yonquis, borrachos y pequeñas bandas. Buscando por internet, nos hemos encontrado con un par de anuncios sobre su venta:

EL MOLÍ VELL
HOTEL RESTAURANTE
EN VENTA
ARQUITECTURA CASTILLO MEDIEVAL
TEL. 93 418 93 77
(Directo propietario)
Situación:
A 2 km de la playa. Zona muy turística.
Situado entre Blanes y Malgrat
(prov. Barcelona-Girona).
Término municipal de Palafolls.
A 500 m. de Marineland (parque acuático).
A 1800 m. de gran complejo comercial de 80.000 m2, que se inaugurará en el 2004 (Blanes).
HOTEL RESTAURANTE MOLI VELL
Superficie de terreno: 25.000 m2 + 11.000 m2.
Superficie edificada (techo): 3.500 m2.
Superficie edificable, a ampliar: 1.750 m2 (sin contar sótanos).
Habitaciones: 50.
Capacidad restaurante: 1.000 personas.
Parking mínimo: 500 coches.
Observaciones: A reformar.
PRECIO: 464 Millones ptas. / 2.788.700 Euros.






















Proyecto I: los hechos

Domingo 22 marzo. 18:30 aprox.

El tiempo es favorable. La única ocupación de nuestro equipo es entrar en la casa. Dejamos el coche aparcado en la zona de arena. La “meuca” se ha tomado la tarde libre, aunque un par de señores se dedican a mirar debajo del capó de su coche en el descampado trasero. Mientras estudiamos la situación y nuestro plan para entrar, la zona queda más o menos despejada.

Primer intento

Subimos todos por la rampa de la parte delantera de la casa. Nuestra base y punto seguro para planear nuestros próximos pasos es la terraza de la segunda planta. Dos de nuestros exploradores más valientes, se acercan a la primera ventana de la pared lateral y acceden sin ningún problema a la casa. Los otros dos prefieren esperar en la base-terraza hasta tener noticias de sus compañeros que van en busca de una entrada más segura. Mientras buscan una entrada aprovechan para fotografiar el entorno:

El techo está cubierto por tubos de cables enganchados muy chapuceramente, aunque se puede observar una buena instalación. Las habitaciones están muy dejadas y cada una tiene su baño, aunque solo se deduce una ducha o algo parecido porque está lleno de basura. La poca luz da al lugar un aire tenebroso y nos reunimos todos en el exterior. El recorrido ha sido por la segunda planta, ya que la poca luz y las escaleras descuidadas y prácticamente oscuras que conducen al piso de abajo resultan demasiado misteriosas y peligrosas.

Después de estudiar la situación, decidimos que necesitamos herramientas para poder entrar todos. El próximo paso es abrir, con cuidado de no estropear demasiado la casa, la puerta metálica de la misma terraza.

Segundo intento

Volvemos a estar en la casa. Cogemos las herramientas y volvemos a escalar hasta la terraza. Nos hemos proveído de un mazo de hierro de tamaño considerable y de una “pota de cabra”, también llamada palanca. Empezamos a forzar ligeramente o a trabajar en el escenario para facilitar el acceso, con la intención de, al terminar, volver a dejarlo todo como esta.

Advertencia: No es conveniente proceder con herramientas de este calibre. Los buenos exploradores deben respetar en todo momento las instalaciones en las cuales van a entrar. Todo tiene sus consecuencias.

En uno de los intentos la palanca sale despedida e impacta en la cara de uno de nuestros exploradores.












Final de exploración: En el hospital, aunque solo fueron tres puntos, nos llevamos un buen susto. Tras pensar en lo ocurrido, empezamos a sospechar respeto a la fuerza con la que salió despedida la palanca. Hemos decidido cerrar aquí nuestra primera expedición.


Proyecto I: CERRADO

Proyecto I

Caminando por los alrededores del barri Sant Lluís de Palafolls, nos encontramos con una casa blanca. Está rodeada por una valla. A su izquierda hay un bosque lleno de desperdicios y escombros. La valla no cubre toda la casa, así que se puede entrar sin ninguna dificultad al patio. Éste también está lleno de escombros. Todas las ventanas y las puertas de la planta baja están tapiadas con ladrillos. La planta superior está repleta de ventanas abiertas, alguna cubierta con una persiana rota. Vista desde abajo, parece que hay muchas habitaciones y podría ser que cada una disponiera de un servicio. Hay algunas pintadas, así que hemos deducido que podrían haver pasado por allí algunos ocupas. La única manera visible de entrar es por una rampa que llega a una terraza. Desde allí se puede acceder a una de las ventanas. La ventana está en la parte derecha y no hay nada debajo, motivo por el cual puede ser algo peligroso. Otra alternativa seria poder abrir la puerta metálica que hay en esta misma terraza.











Documentación:
La única forma de documentarse en estos casos es preguntar por ella a los nativos. Según fuentes no revelables, unos años atrás habia sido un restaurante. Tiempo después, las paredes alvergaron una residencia para ancianos.
Otras histórias relacionadas:
En la parte de atrás encontramos la carretera. En el cruce, normalmente pordemos encontrar a la "meuca". Siguiendo por la parte trasera de la casa se pueden ver unas marcas de tacones que conducen a una defecación de tamaño humano. Deducimos que la parte trasera se ha transformado en el retrete de este personaje.

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Nos presentamos:

Somos un grupo de pequeños exploradores dispuestos a ofreceros nuestras aventuras paso a paso.
A través de nuestros reportajes, nuestras historias y todo tipo de documentos os queremos enseñar pequeños rincones abandonados con un pasado que destapar.

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